Análisis de las elecciones en Canarias: ¡Ni un respiro al nuevo gobierno!

Desde Resistencia Popular Canarias dejamos claro nuestro posicionamiento ante este nuevo ciclo de farsa electoral que se abría en todo el Estado y en Canarias, así que una vez pasado dicho periodo y ya efectuado el nuevo Gobierno de Canarias mediante el llamado “Pacto de las Flores”, es el momento de intentar analizar, comprender y entender cómo las diferentes fuerzas de la burguesía y demás representantes de la pequeña burguesía y la aristocracia obrera han ido configurando sus fuerzas en el País Canario.

Este proceso tenía un objetivo claro al que batir en esta reconfiguración de fuerzas: Coalición Canaria. Todos los sectores y partidos tenían claro que el objetivo era desbancar a la formación “nacionalista” (las comillas cobran gran importancia) debido al profundo desgaste que ésta había estado sufriendo a lo largo de todos estos años en sus principales feudos por las corruptelas de sobra conocidas por la población de las islas (Caso Arona, Las Teresitas, Sinpromi y un larguísimo etcétera), sumado esto a la ruptura interna del partido, lo cual llevó al oportunista PNC (integrado en la propia CC) a llamar a una “cumbre del nacionalismo canario”, por lo que esta “derrota” de la lumpenburguesía nacional le hará explorar nuevos escenarios ante los cuales habrá que estar vigilante.

De esta forma y por primera vez se rompe la dinámica constante de formación de gobierno, la cual consistía constantemente en los acuerdos que pudieron lograr entre ellos (o unos aliados contra los otros) del PP, PSOE y CC. Tal ha sido el cisma que hemos podido observar como dos ediles de Ciudadanos han facilitado el gobierno del PSOE en la alcaldía de Santa Cruz de Tenerife, chocando esto frontalmente con la estrategia de C’s a nivel estatal, la cual se está basando en una confrontación abierta con Pedro Sánchez.

Así se fraguó el pacto que ya mencionamos anteriormente, el “Pacto de las Flores”, en el cual se da un gobierno presidido por Ángel Víctor Torres (Secretario General del PSOE en Canarias) y apoyado por el propio PSC-PSOE, Podemos, Nueva Canarias y la Agrupación Socialista Gomera. Esto se condensa en que tenemos un nuevo gobierno de coalición “progresista” el cual supuestamente abordará en las problemáticas sociales en el archipiélago, utilizando para ello las medidas clásicas a la par que inútiles de la socialdemocracia clásica: la reforma fiscal, mientras que mantienen vivas la Ley de las Islas Verdes y el REF, dos de los grandes focos principales para la especulación y el chanchullo empresarial de esta tierra.

Dentro de esta mezcolanza política nos encontramos con varios elementos de los cuales es difícil creer que vengan a cambiar nada en la política para los intereses de las clases trabajadoras y populares de Canarias, dentro de Nueva Canarias nos encontramos Román Rodríguez quien fuese a principios del S. XXI presidente del gobierno autónomo de Canarias por Coalición Canaria, estaría bien que alguien nos explicara cómo quien formaba parte del partido emblema de la lumpenburguesía canaria, va a resultar que es un verdadero progresista (y más si indagamos en su pasado “comunista” en el PUCC, el cual ejerció de cantera para gran cantidad de oportunistas y trepas de la política en las islas), lo mismo exactamente podría decirse sobre Casimiro Curbelo y su partido: Agrupación Socialista Gomera, clásico cacique gomero que lleva desde 1991 como presidente del Cabildo de la Isla Colombina y cuyas prácticas mafiosas y chantajistas son popularmente conocidas, como sus incidentes en la capital del Estado cuando todavía formaba parte del PSOE. Podríamos seguir comentando la composición de este gobierno con la participación de Podemos, lamentablemente  nos encontramos con que la sucursal de Pablo Iglesias en Canarias cada vez pinta menos, tanto es así que tendrán que consolarse con una consejería que será meramente un caramelo para calmar sus ansias de poder como es la “Consejería de Derechos Sociales, Igualdad, Diversidad y Juventud” para Noemí Santana Perera, “férrea luchadora por los derechos de las mujeres” quien en su momento fue pupila de Román Rodríguez en Nueva Canarias. Por último, comentar algunas pinceladas de la participación del PSOE en este pacto. Nos encontramos con que, como fueron el partido vencedor en los comicios, encabezan el gobierno autonómico siendo el presidente Ángel Víctor Torres, sobre quien durante el periodo electoral Coalición Canaria denunció que tenía cierta participación en participación en una malversación de fondos relacionada con el recinto deportivo Gran Canaria Arena, enseguida se lanzó a desmentir que estuviera investigado, contando también con la participación de Julio Pérez, quien fuera Secretario de Estado de Justicia con el presidente Zapatero entre otros tantos cargos ostentados, como consejero de Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad.

Con todo esto lo que queremos manifestar es que, por mucho que intenten pintar este nuevo gobierno autonómico como un soplo de aire fresco, no es sino más de lo mismo que llevamos sufriendo años y años sufriendo en Canarias.

Queremos dedicar también unas líneas al análisis de la situación político-electoral en el Estado respecto al Gobierno Central, pues nos encontramos con que la crisis política e institucional a la que hace frente el Estado español es tan profunda que ni siquiera los diferentes representantes de la burguesía son capaces de ponerse de acuerdo en el modo de gestión del Estado que llevar a cabo durante los próximos cuatro años, muestra de ello es como las numerosas asociaciones empresariales, medios de comunicación, voceros y demás se estremecían ante la posibilidad de un pacto entre PSOE y Unidas Podemos, lo cual se vio claramente desde el principio que no iba a suceder, aun yendo el PSOE contra su propia militancia, igualmente se vio claro el deslinde entre la izquierda y la derecha del régimen, cómo siquiera en pos del tan cacareado “sentido de Estado” fue capaz de abstenerse el PP ni C’s, no hablemos ya de VOX, esto redunda en demostrar la veracidad de la postura que venimos defendiendo hace tiempo respecto a los sufragios electorales, a la clase trabajadora, en esta época del capitalismo, sólo le queda la opción de organizarse de manera independiente alrededor de un proyecto comunista que luche por acabar con esta farsa de sistema, y no creer más en las falsas ilusiones que trata de venderle la “izquierda” del régimen, pues el PSOE al fin y al cabo es uno de los pilares del Estado y Unidas Podemos no es más que un títere que sólo busca encauzar el descontento y legitimar el sistema capitalista.

Creemos que no merece la pena volver a detenernos en un análisis pormenorizado sobre los diferentes grupos “comunistas” que decidieron acudir a esta cita electoral ni a la llamada “unidad independentista”, porque nuevamente se vuelve a comprobar como estos circos electorales no son más que una forma de quemar fuerzas, desmoralizar y hacer partícipes al régimen de su fachada “diversa”, sin ni siquiera muchos de estos partidos haber realizado un mínimo análisis de los resultados obtenidos ni de cómo se planteará la estrategia a futuro.

Desde Resistencia Popular Canarias tenemos claro que un cambio de gobierno no significa nada, porque la esencia del cambio se encuentra en la toma del poder político, no en el cambio de cromos que sólo afectará a cuestiones superficiales, sin resolver en absoluto las problemáticas de nuestro pueblo, nuestra clase y los sectores oprimidos de la población.

No ofrecemos soluciones fáciles, no engañamos anunciando que metiendo un papel en la urna se van a solucionar los problemas, por eso vamos de frente y animamos a todos y todas a la organización: organización en los barrios, en los frentes de masas, en todas las luchas que surjan, pero por encima de todo, por la organización comunista.

¡Ni un respiro al nuevo gobierno!

¡Organización, Formación, Revolución!

Proyecto de efemérides

Desde Resistencia Popular Canarias queremos informar sobre el comienzo del proyecto de recopilación de efemérides del movimiento revolucionario nacional e internacional, así como de las luchas democráticas esenciales a lo largo del globo y más concretamente relacionadas con la historia de Canarias.

El panorama de desmemoria que se sufre a niveles generales como clase social y como nación colonizada, nos hace ver la necesidad de establecer una serie de fechas y acontecimientos significativos en nuestra historia.

ESTAS PUBLICACIONES NO PRETENDEN REALIZARSE DESDE UNA PERSPECTIVA NOSTÁLGICA O FOLCLORISTA, sino como un vehículo que permita a las organizaciones revolucionarias y democráticas, así como a las individualidades interesadas, analizar nuestro pasado, para hacer balance del mismo y así poder encaminar la lucha en el presente.

Todos los lunes habrá una publicación en nuestros medios de difusión (Facebook y Twitter) destinada a rememorar todos los acontecimientos históricos importantes de cada semana.efemerides-febrero-696x435

Posicionamiento ante los procesos electorales de abril y mayo.

Este próximo 28 de abril tendrán lugar las elecciones generales y el 26 de mayo las elecciones europeas, autonómicas y municipales, en las que serán otras jornadas más de farsa electoral donde la burguesía y sus peones tratarán de embaucar por enésima vez a la clase trabajadora y capas populares vendiéndoles innumerables propuestas electorales que quedarán en agua de borrajas.

En Resistencia Popular Canarias mantenemos nuestra postura de oposición a las mismas, pues consideramos que carecen de legitimidad democrática; y denunciamos su propósito de crear falsas ilusiones de soberanía popular, así como de engañar a la clase trabajadora y demás sectores populares sobre la posibilidad de mejorar realmente su situación por medio de la “atada y bien atada” vía institucional.

Legalmente en el Estado español existe un entramado legal encabezado por la Ley de Partidos que ilegaliza a formaciones políticas no ya revolucionarias, sino meramente democráticas que no acatan la Constitución fascista y que aboguen por la defensa de las libertades políticas democráticas mínimas, persiguiendo a toda persona u organización que se oponga a los intereses de la burguesía encarnados por el Estado y el gobierno de turno, no pueden celebrarse unas elecciones realmente democráticas y libres.

Además, consideramos que entrar en el juego electoral es una gran pérdida de fuerzas para una organización política de índole marxista, puesto que partimos de la base de que el Partido de vanguardia en Canarias y el estado español es inexistente, debiendo a su vez de competir contra los partidos de la burguesía, que se encuentran subvencionados por grandes empresas para que defiendan sus intereses privados y por ello dedican ingentes recursos a sus campañas, suponiendo así una enorme competencia mediática. En cambio, para una organización revolucionaria –siempre que no sea ilegalizada, con lo que ello implica en cuanto a sesgar su discurso y su práctica política-, presentarse a las elecciones implica dedicar durante la campaña electoral todas sus fuerzas militantes en ella, dejando de lado el verdadero campo de batalla política, la calle, desatendiendo así las necesidades del movimiento social en esos momentos.

Otro de los motivos por los que nos oponemos a la participación en las elecciones es el hecho de que supone un paso atrás en el avance revolucionario, debido al importante nivel de abstención que hay en las mismas y que aumenta año tras año. Por supuesto, nadie puede pensar que esto signifique que nos encontramos en una situación pre-revolucionaria. No implica que la mayoría de la clase obrera haya comprendido la necesidad del socialismo como solución a sus problemas y por ello no participe en la farsa electoral, pero sí es más que evidente como el entramado electoral cada vez tiene menos crédito entre las masas, pues cada cuatro años ven como son literalmente estafados por los partidos políticos institucionales. ¿Qué clase de revolucionarios podríamos intentar ser poniéndonos dos pasos por detrás de las concepciones de estas masas trabajadoras y populares? A su vez, debemos partir de la base de que los marxistas-leninistas debemos usar la participación parlamentaria para denunciar el propio parlamentarismo, es decir, para hacer ver la necesidad de su destrucción y su sustitución por el nuevo poder, el cual sólo comenzará a surgir cuando el Partido Comunista se encuentre en una posición de fuerza en la sociedad, desplazando así a su vez a aquellas instituciones que sostienen el poder de la burguesía.

Por si todo esto fuera poco, ahora nos encontramos ante la “ofensiva del fascismo” dicen desde ciertos sectores, y por tanto nos llaman a todos a votar con el fin de parar el fascismo, llama la atención que después de 13 elecciones generales, 42 años, y con múltiples puñaladas dadas por el PSOE a las capas populares de la población, haya quien llame a votar al “mal menor” como solución al embate de la “extrema derecha”, tales como la guerra sucia desde la cloacas del Estado con el GAL, las privatizaciones, la entrada de las ETT’s en el mercado laboral, etc. Tampoco podemos esperar grandes cosas de Podemos, un partido que como pata izquierda del régimen no adoptará una postura real de confrontación y bloqueo al fascismo, recordemos que llevó en sus filas a un alto cargo del ejército español responsable de la invasión en Libia o su negativa a defender a los perseguidos por la farsa de Altsasua entre otras tantas muestras de su falta de principios. Sobra decir que, como ya hemos explicado en anteriores publicaciones del Colectivo, este recrudecimiento atribuido principalmente a VOX no es nada nuevo, pues esta facción no acaba de aparecer ya que antiguamente formaba parte de la parte más “radical” del PP y ante los desacuerdos en ciertos puntos a la hora de abordar las problemáticas en el estado español se han escindido, temas tales como la cuestión catalana, la defensa de la “cultura española”, etc.

En el caso concreto de las elecciones generales para Canarias supone todo un despropósito depositar esperanza alguna en que desde el Congreso de los Diputados y desde el Gobierno salga medida alguna que mejore la vida en las Islas Canarias, de hecho como bien podemos ver lo más que alcanzamos a lograr es alguna migaja ínfima que no es más que parte del circo como la bonificación del 75% del precio de los viajes fuera del archipiélago, esto presentado como un grandioso logro cuando nos encontramos en un territorio con una tasa de abandono escolar preocupante, una tasa de paro crónica que resulta insultante y una diferencia salarial respecto del resto del Estado abismal. Se asume con mucha facilidad que lo que necesita esta tierra es “una voz en Madrid que denuncie nuestra situación”, lo cual al fin y al cabo es una manera mecanicista de repetir los errores del movimiento independentista en el pasado, cuando la mayoría de la actividad político-militar no estaba basada
en la creación de un tejido organizativo fuerte y consolidado, sino en suplicar a la ONU o a entidades internacionales su actuar en las islas.

Para dejar total constancia: los marxistas-leninistas no nos oponemos a la participación electoral como principio absoluto como se hace desde tendencias anarquistas, sino en función de unos ciertos condicionantes concretos y de situación de la lucha de clases en el lugar donde estas se realicen, se estima el entrar en ellas de alguna manera (desde RPC mostramos apoyo en su momento por las CUP en aquellas elecciones cercanas a la celebración del referéndum del 1 de Octubre a modo de depositar un voto táctico que acelerase las contradicciones existentes en Catalunya).

En definitiva, la celebración de elecciones en estas condiciones lo que hace es agravar al atraso político de la clase trabajadora, haciéndole creer que la democracia consiste en meter una papeleta en una urna cada cuatro años, mientras la burguesía -a través de las instituciones legitimadas por dichas elecciones -, nos roba y nos reprime cada vez más. Ante esto, cabe recordar que la única alternativa que le queda a la clase trabajadora en esta etapa imperialista del capitalismo es la autoorganización, ya que no puede confiar en que diferentes sectores de la burguesía, por mucho que se vistan de rojo o violeta, van a venir a defender la emancipación y libertad de la clase trabajadora junto con las mujeres, colectivo LGTBI y demás colectivos oprimidos.

Por todos estos motivos, desde RPC llamamos al boicot contra las próximas elecciones generales, europeas, locales y autonómicas, pues no son más que un nuevo engaño mediante el cual buscan perpetuarse y seguir “legitimando” su permanencia en el poder a costa de las ilusiones rotas del pueblo.

Sólo el proletariado organizado por sí mismo será capaz algún día de poner fin a su yugo y solucionar sus problemas derrumbando el sistema capitalista y colonial.

¡NO VOTES, ORGANÍZATE Y LUCHA!

La reconfiguración del estado burgués español

Introducción

La situación política interna de la burguesía en España está sufriendo una serie de reajustes dentro de su propio núcleo. El surgimiento de “nuevos partidos” (los cuales de nuevos no tienen absolutamente nada) que vienen a darle un vuelta de tuerca más reaccionaria al espectro sociológico, no deben de ser hechos que pillen a los individuos y colectivos comunistas desprevenidos, ya que estos factores vienen estrechamente relacionados con la etapa actual en la que se encuentra el sistema capitalista: el imperialismo, su más absoluta descomposición y muestra evidente de que lo único que tiene que ofrecer, no ya a la clase obrera y los sectores populares, sino a la humanidad en general no es otra cosa que putrefacción y una degradación absoluta.

Más aún, si tenemos en cuenta el contexto en el que se ha desarrollado la lucha de clases en el estado español, no debe ser ajeno para todo militante consecuente el devenir de los acontecimientos: ante una vanguardia teórico-práctica marxista-leninista inexistente y la explosión de los movimientos democrático populares (derechos nacionales, feminismo, anti-racismo, etc), la burguesía española entra en una encrucijada represiva total contra los mínimos elementos progresistas que están tomando forma a lo largo y ancho del estado, destacando unos territorios más que otros.

Toda esta tendencia se tiende a personificar en el fenómeno VOX, el cual analizaremos un poco más en el siguiente punto, pero en general el espectro ideológico de la burguesía en su conjunto, con sus diversos representantes a la cabeza, busca adaptarse a las circunstancias para “sofocar” o “lidiar” con las problemáticas que le están surgiendo, las cuales por desgracia no tienen absolutamente nada que ver con una lucha consecuente y decidida del proletariado por la toma del poder político, lo cual nos invita a una reflexión clara: Si estos movimientos democráticos parciales son capaces de hacer que el estado busque formas de atajar la cuestión por medios de lo más parasitarios dentro del espectro más chovinista, ¿qué no haría un movimiento político encaminado a la toma del poder y el derrumbamiento del mismo sistema capitalista?.

¿Qué es VOX? ¿Cómo surge? ¿Es inesperada su aparición?

VOX, en esencia, es una respuesta aparentemente espontánea de cierto sector de la burguesía liberal-proteccionista, con aires fascistas evidentes que nos retrotraen al Rassemblement National francés, el Fidesz-Unión Cívica Húngara de Viktor Orbán o la Lega Nord italiana.

 

Si lo que se busca es una explicación más del carácter de las siglas, VOX es en esencia una escisión de una de las ramas más radicales ubicadas en el PP (el “aznarismo sin careta”) que se nutre especialmente de la mediana-pequeña burguesía de las ciudades de segundo rango del estado (atrayendo tras de sí a ciertos sectores obreros) y, aunque es algo que se obvia muchísimo en todos los análisis sobre esta reconfiguración de la clase dominante en el estado, de amplios sectores del campo (desde trabajadores rurales hasta grandes terratenientes y la agroburguesía).

 

Pese a que existe desde hace más tiempo, aunque de forma casi testimonial, se podría decir que el gran desencadenante de VOX, a diferencia de lo que muchos piensan que tiene que ver con la inmigración o con un inexistente “trabajo de masas entre los obreros”, se produce debido al hecho que ha condicionado en gran medida a lo largo de la historia de España el aumento de la reacción y la necesidad de la burguesía de cambiar su estrategia: Cataluña.

 

No es sorpresa para nadie que detrás de las reivindicaciones misóginas, anti-LGTB, racistas… se esconde el eje vertebral por el cual se ha estructurado el aplastamiento de todo movimiento democrático en la realidad concreta de este Estado: el socialchovinismo español y la confrontación abierta contra los intereses de los trabajadores y las naciones oprimidas. Todo esto se ha condensado en una convocatoria en Madrid el domingo 10 de febrero por PP, C’S y VOX (a la cual se han sumado gustosamente las diversas Falanges, Hogar Social Madrid, España 2.000 y demás grupúsculos de la franja ibérica), dejando así a las claras que lo esencial de la política de esta facción no es en sí el “echar al ilegítimo presidente Sánchez”, sino reafirmar su chovinismo español, dejar constancia del poderío unionista del nacionalismo más tóxico existente: el que emana de la nación opresora contra las libertades democráticas del resto de pueblos.

Todo lo citado anteriormente se empieza a interconectar con los clásicos ya manidos y tocados anteriormente, aunque no de forma tan abierta, por todos los agentes burgueses: la lucha contra “el lobby de género y homosexual”, la “seguridad de las fronteras”, el premiar y ocuparse de “los españoles de bien”… Este discurso, aunque ahora desatado sin tapujos y sin ninguna vergüenza, no debería generar la histeria que genera en buena parte de los comunistas, ya que no es más que consecuencia lógica y natural del devenir dialéctico de la clase dominante española: ir a cada paso agigantando sus contradicciones y mostrar cómo sus facciones más reaccionarias y represoras jamás dejaron de tener presencia en el panorama político, sino que empleaban otra retórica similar, pero no tan directa.

 

Por último, y como dato que consideramos importantísimo, la división ciudad-campo, cuestión histórica estudiada por el marxismo y olvidada por las nuevas oleadas “comunistas” de nuestros días, constituye un factor fundamental en el ascenso del fascismo. No queremos pecar de simplistas y reducirlo todo al abandono y desgana de los “movimientos sociales” y la izquierda institucional de las pequeñas ciudades y los pueblos, los cuales llevan años desprovistos de un discurso de clase que intente desplazar esa discurso conciliador con terratenientes, agroburguesía y diversos explotadores de las zonas rurales, que al fin y al cabo son los que condicionan la vida de estas pequeñas localidades, sino que también la propia dinámica del monopolismo urbanita tiende a la acumulación de todos los recursos en las grandes ciudades, dejando en el ostracismo al resto de núcleos poblacionales existentes.

 

Las luchas parciales y economicistas

Las principales sucursales del revisionismo estatal, debido a la ausencia de herramientas teórico-prácticas para comprender esta reconfiguración de fuerzas del estado burgués, se valen de argumentos totalmente reduccionistas para así “combatir” este auge de la “extrema derecha”, partiendo de premisas que van desde el más rancio reformismo, pasando por un barniz izquierdista que al fin y al cabo esconde una nula comprensión de las principales tareas democráticas que deben abanderar los marxistas-leninistas entre todas las capas poblacionales.

Basados en las “recientes” teorías posmodernas, y pese a que no seamos muy amigos de usar este término a la ligera, han surgido diferentes personalidades y colectivos que han pretendido elevar las luchas parciales a luchas generales, sin pararse a cuestionar la estructura que sustenta dichas opresiones. Para ser más claro, el auge del anti-racismo, derechos LGTBi, apoyo de los derechos nacionales de los pueblos oprimidos… suponen un paso importante en denunciar y ejercer de altavoz sobre estos atropellos a unas libertades mínimas, pero cuando se elevan a causa general de lucha, separándolas todas ellas del tronco del cual deben partir, se las vacía de contenido y acabamos encontrando posicionamientos tales que van desde el anticomunismo más rancio, el personalismo, la militancia revolucionaria como una salida laboral o simplemente defender conductas inapropiadas, contrarevolucionarias e insolidarias de dichas personalidades por el simple hecho de pertenecer a dichos colectivos.

Ante este auge, en el otro lado y pretendidos de un discurso “ultra-revolucionario”, ha surgido una nueva ola de “puristas” del marxismo que se reclaman como “los verdaderos defensores del marxismo-leninismo” que directamente optan por invisibilizar, ningunear o directamente negar las opresiones específicas que ejerce el capitalismo en su fase más reaccionaria contra diferentes corrientes o colectivos que no necesariamente son transformadoras en sí misma de la realidad, pasando así a emplear las mismas tesis absolutas de “el trotskismo”, en este caso sustituyendo el dejar tirado al campesinado con abandonar totalmente las reivindicaciones de las personas racializadas, por poner un ejemplo en el que todos nos situemos. La frase más manida de estos revisionistas se basa en “el contacto con la clase obrera”, o “las huelgas” y las luchas puramente económicas de los trabajadores y trabajadoras, olvidando así que los comunistas no sólo no debemos limitarnos a desarrollar una labor economicista o sindical entre el proletariado, sino que debemos elevar estas a las reivindicaciones políticas correspondientes, las cuales conllevan de por sí la lucha sin cuartel contra todo tipo de discriminación u opresión, incluyéndose las de género, raza, nación y un largo etcétera.

 

¿Cómo actuar ante esta coyuntura?

Desde Resistencia Popular Canarias entendemos, como ya hemos explicado, que no se puede desligar el auge de VOX dentro de la propia crisis interna del capitalismo español, lo cual nos enseña a no poner el foco en X o Y organización, sino a tomar en cuenta el patrón general de opresión de la burguesía independientemente de su color política (obviamente teniendo en cuenta las circunstancias concretas que atañen a cada sección del poder burgués).

Los marxistas-leninistas, al margen de la necesidad de combatir al fascismo y el capitalismo en todas sus formas y expresiones allá donde se de la batalla y con los medios en los que se presente, no debemos caer en un pragmatismo que al fin y al cabo no transporte, porque en estos momentos la vanguardia proletaria se encuentra descompuesta, aislada y sin capacidad de actuar y ejercer de influencia sobre el conjunto de la clase obrera y los sectores populares.

Hay que defender en todo momento las reivindicaciones de los diversos colectivos y naciones oprimidas, pero no sin renunciar a la independencia política de los comunistas, encuadrando todas estas luchas democráticas en la lucha general por el socialismo. Así mismo, se debe entender que la lucha por el comunismo no se circunscribe única y exclusivamente a una lucha economicista o sindical, la cual genera lo mismo que cree que está destruyendo: divisiones artificiales en el seno de la clase obrera y una muestra clara de la nula capacidad de los marxistas-leninista en abanderarse como estandarte y vanguardia del nuevo proceso que encabezará a la humanidad.

Recuperemos la actividad consciente en barrios, fábricas, plazas, CSOs, unamos lazos con los colectivos oprimidos, elevemos el propio nivel de conciencia de la clase obrera…

¡Seamos comunistas!

Chalecos Amarillos: Historia y perspectivas. ¡Organizar la rabia!

Lo que comenzó como una protesta contra la subida del impuesto sobre el combustible ha derivado en un movimiento que ha sacudido Francia y ha reavivado la capacidad de protesta de las clases populares francesas.

El movimiento de los chalecos amarillos, «gillets jaunes» en francés, surgió a causa del aumento del impuesto sobre el carbono (TICPE) propuesto por el gobierno francés para impulsar a la gente a utilizar formas más limpias de energía. Para los sectores populares de la población, esta nueva tasa sobre los carburantes supone un duro golpe, ya que la gasolina conlleva un gasto importante para las familias, especialmente en las zonas periféricas y en zonas rurales en las que los transportes públicos son deficientes o inexistentes.

Los recortes en las ayudas sociales, la pérdida de poder adquisitivo o la tasa de paro se suman al desencanto político de una Francia hostigada por las políticas anti-obreras del presidente Macron, en donde las desigualdades sociales se agravan y la clase obrera no llega a fin de mes.

La primera jornada de protestas tuvo lugar el pasado 17 de noviembre. La población respondió a la llamada de las redes sociales para bloquear el país y mostrar su solidaridad portando chalecos amarillos, una prenda que todo conductor está obligado a llevar en su vehículo y que se iba a convertir en un emblema del movimiento. Ese día más de 300.000 personas tomaron las calles en puntos de todo el país, manifestándose, interrumpiendo el tráfico y bloqueando carreteras y peajes para rechazar el aumento del precio del combustible y condenar las «políticas de austeridad» del gobierno francés.

El resultado de esta primera jornada de lucha fue bastante sorprendente. El movimiento demostró una gran capacidad de convocatoria y seguimiento a pesar de la fuerte represión policial.

Durante las siguientes semanas siguen produciéndose protestas en todo el territorio, principalmente en París, donde el sábado 24 de noviembre, durante la segunda gran jornada de lucha, se dieron cita miles de personas para exigir la dimisión del presidente Emmanuel Macron. En ese momento el movimiento cuenta con un apoyo del 70% de la población francesa según un estudio de la consultora Elabe.

El día 4 de diciembre se produciría el primer punto de inflexión por parte del gobierno desde el comienzo de las protestas. En una declaración televisada, el primer ministro francés anunciaba la suspensión de la subida de las tasas al combustible, prevista para el 1 de enero, durante seis meses. Esta concesión del ministro Édouard Philippe pareció alimentar la ira del movimiento, ya que aplazar esta medida no es una solución definitiva para el conflicto. «Los franceses no somos gorriones y no queremos migajas. Queremos la baguette entera» declaró una de las figuras destacadas de los chalecos amarillos en el diario Le Monde.

Desde esa misma semana, inspirados por el crecimiento del movimiento, los estudiantes de enseñanzas medias y universidad comienzan a movilizarse contra las reformas del gobierno francés, sumándose a las protestas y declarando paros y bloqueos en institutos y universidades. Los estudiantes se posicionan en contra de la reforma de la enseñanza, del Parcoursup (examen que concede el acceso a la educación superior) y del aumento de las tasas de matrícula en las facultades para los estudiantes extranjeros.

Como era de esperar, el gobierno prefirió reprimir de manera violenta estas movilizaciones en vez de escuchar las reivindicaciones, llegando incluso a dar órdenes a la policía de entrar a los colegios en horario lectivo para detener a los estudiantes relacionados con las movilizaciones citadas anteriormente.

Tras el cuarto fin de semana de protestas en toda Francia, el presidente Macron se vio obligado a romper su silencio y a «ceder». Lo haría mediante una comparecencia el día 10 de diciembre en la que anunciaba una serie de medidas para intentar apaciguar la rabia de los chalecos amarillos.

Macron prometió una subida del salario mínimo de 100 euros que se llevaría a cabo a partir de enero y que no tendría ningún coste extra para los empresarios, es decir, que la subida no afectará a los capitalistas y se financiará mediante los presupuestos. También anunció que se llevará a cabo una rebaja de impuestos dirigida a pensionistas y trabajadores. En la suma de concesiones, el jefe de Estado se negó al restablecimiento del impuesto sobre la fortuna (ISF), que afectaría a los sectores burgueses con un patrimonio superior a los 1,3 millones de euros.

Desde el inicio del movimiento a mediados de noviembre las muestras de apoyo hacia las protestas de los chalecos amarillos han sido diversas: El partido chovinista de marcado carácter fascista, «Rassemblement National» liderado por Marine Le Pen, se ha declarado abiertamente afín al movimiento, mientas que Jean-Luc Mélenchon, del grupo parlamentario socialdemócrata «La France Insoumise» también ha mostrado su respaldo y ha participado activamente en las protestas. Estos partidos se están disputando el acaparamiento político del movimiento. El principal sindicato obrero (CGT), presionado por sus bases, mostró su apoyo a los chalecos amarillos de forma tardía. La estrategia de este sindicato ha sido la de movilizarse de una forma aislada para luego unificar las acciones y confluir con el movimiento. Por último, desde los diferentes grupos de la izquierda no institucional, cada vez son más los que se deciden a dar su apoyo de forma clara, entendiendo que este es un buen momento para conversar con una parte de la sociedad que no está acostumbrada a movilizarse y hacerles llegar un mensaje distinto al que están acostumbrados a oír (notoria ha sido la actuación del Parti Communiste Maoiste – PCM en las movilizaciones y de grupos minoritarios de variadas vertientes ideológicas).

Respecto al intento de los grupúsculos fascistas (institucionales y no institucionales) de acaparar a las masas, es cierto que este discurso ha calado en las clases trabajadoras rurales, derivado del fracaso de la izquierda y de los movimientos sociales en los últimos años en dicho terreno (y más en Francia, donde el abandono ha sido de gran calada), pero cabe destacar que este discurso no es mayoritario entre los manifestantes. La situación es tan heterogénea como grupos existentes, algo lógico si atendemos a las circunstancias históricas que sustentan a los movimientos espontáneos de masas que no tienen una dirección política fija y revolucionaria, que tienden a tambalear de un lado al otro sus reivindicaciones.

Las masas francesas, involucradas o solidarias con el movimiento de los chalecos amarillos, se encuentran en la encrucijada de la no existencia de una vanguardia verdaderamente organizada en el país (un Partido Comunista) que pueda optar a elevar la lucha meramente economicista a una lucha política contra el régimen. Lo que deparen los acontecimientos es una incógnita, pero desde Resistencia Popular Canarias queremos mandar nuestro apoyo a todos los movimientos comunistas que han decidido implicarse en la politización clara del movimiento, en organizar la rabia y en dotar a las clases populares francesas de una estrategia-táctica que les lleve a miras más amplias en la construcción de una sociedad mejor.